Asociación Comunidad Esperanza | Un Vistazo al Pasado
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25 Jul Un Vistazo al Pasado

Queridos Amigos

Con motivo de celebrar nuestro XV aniversario, queremos compartir con todos ustedes pequeñas galerías de recuerdos que han marcado nuestro paso por este mundo. Rostros, escenarios, calor humano, momentos alegres y algunos no tanto, pero todos nos han dejado una gran enseñanza. Esperamos que los disfruten tanto como nosotros.

 

Mirar el pasado con agradecimiento

Por: Carmen Álvarez. Vita et Pax. Valencia.

Quiero compartir mi reflexión, que a veces es oración. Miro el panorama del trabajo al elaborar esta “historia de Vita et Pax” y pienso en vosotras cuando lo leáis.  Hay que situarse a la altura de hace 48-40 años o más atrás, para ser realistas; si los hechos se sacan de contexto, pierden validez.  La experiencia nos ofrecerá elementos para poder mejorar.  No es cuestión de perderse en nostalgias, sino ocasión de profundizar.  Si en algo la lectura o nuestra reflexión al respecto, se convierte en llamada, no hay que desoírla, más bien hay que dar respuestas efectivas, en el HOY de la Historia actual.

Pienso, que no nos ha de saber mal haber corrido aventuras para las que no estábamos bastante preparadas; que no nos duela que tanta entrega, haya ido a veces envuelta en inexperiencia (lógicamente), en ingenuidad, incluso en cierta ignorancia. Hoy no podría ser así; pero hay que reconocer que los esfuerzos por una mayor capacitación, empezaron bastante pronto. No se puede dejar de tener en cuenta, que tantas vinieron al Instituto, con sus profesiones definidas y muchas veces ejercidas, quiero decir, con una preparación de base, y a veces con experiencia, aunque a lo mejor algunas de ellas tuvieron que trabajar en otros campos.

Los apóstoles y otros discípulos y discípulas, también eran pocos y no excesivamente preparados, al menos a nivel técnico y humano. Ojalá, hoy nos emocione y nos impulse ver que el Evangelio avanzó y se difundió con la palabra y el testimonio, “seréis mis testigos”, en Jerusalén, en Judea, en Samaría y hasta los confines de la tierra (Hech. 1, 8), partiendo de esos pocos.  Ojalá hoy, seamos agradecidas porque hemos participado y participamos en esa misión, con la fuerza del mismo Espíritu, como fermento en la masa, sal de la tierra, luz del mundo.

“No pretendo grandezas que superan mi capacidad”, oramos con el Salmo 130, pero sí que pretendo con la gracia de Dios, responder libremente con fidelidad, dentro de una familia concreta, de las muchísimas que hay en la Iglesia, que yo elegí y sigo eligiendo, cuya identidad es tarea de todas afianzar, vivir y trasmitir.  Conocer un poco más nuestra Historia nos puede ayudar. El Papa Francisco habla de “Memoria agradecida” y de “Oración memoriosa” de todo lo que el Señor ha hecho  (con el Fundador, con nosotras y con otras personas que nos han ayudado en distintos momentos).

No se trata simplemente de quedarse en cuestiones de formas, aunque las formas tienen su puesto.  Se trata de ir al fondo de la cuestión, allí donde está nuestro tesoro, nuestra motivación: Vivir en Cristo Jesús, irradiarle y ser artífices de su Paz.  Decirle con verdad: Tú eres mi Ayer, mi Hoy y mi Futuro; identifícame contigo.

No considero nostalgia desear y pedir que el Señor siga llamando, que siga encontrando respuestas coherentes, que podamos ser mediación. ¡Ojalá fuéramos muchas más, captadas por El totalmente, para trabajar en su campo, en su viña, en su reino, en nuestro mundo, en la Iglesia!  Y más importante que el número, es desear y pedir que crezcamos en calidad evangélica – en cualquier edad, en cualquier situación – que nos ayudemos mutuamente a progresar, a correr, a volar, “con las velas desplegadas”.  María, la Estrella del mar, nos conduce.

Cuando terminé de preparar estas líneas, me vino a la mente el texto de los tres objetivos que el Papa plantea para este año  de la Vida Consagrada, que ya conocemos y ya se nos han comentado, pero que es bueno recordar:

  1. Mirar el pasado con agradecimiento.
  2. Vivir el presente con pasión.
  3. Abrazar el futuro con esperanza.

El equilibrio es total.  En este momento os invito a releer el primero, que cuadra perfectamente con el trabajo que estamos haciendo.

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